Confía y camina: una celebración de Alianza
En el marco de la Fiesta de Jesús de la Divina Misericordia, la Comunidad Palabra y Vida
celebró un encuentro profundamente significativo: nuestra Celebración de Alianza. Fue una
jornada colmada de emoción, gratitud y presencia del Espíritu, en la que cada paso dado por
los hermanos fue un reflejo de la obra que Dios viene haciendo en cada uno de nosotros.
Como comunidad de alianza, creemos que Dios nos llama por nuestro nombre y nos planta en
esta tierra fértil para crecer y dar fruto. Y en esta celebración eso se hizo palpable: algunos
hermanos presentaron su carta de admisión, iniciando un camino compartido; otros renovaron
su alianza por un año más, reafirmando su decisión de seguir caminando en comunidad; y
algunos, con profunda entrega, realizaron su alianza perpetua, un «sí» definitivo a esta
vocación.
Cada carta, cada testimonio, cada gesto durante la celebración fue un eco de la oración que
resuena en tantos de nuestros corazones: «Confía y camina». Porque así como en la primera
efusión del Espíritu muchos recibimos la certeza de que una puerta se abría, hoy seguimos
caminando por ese umbral, sabiendo que no estamos solos.
Vivir la alianza no es una meta cumplida, sino una forma de vivir: desgastar nuestros zapatos
para ir donde el Señor nos necesite. Y, como leemos en el Evangelio de Juan (17, 22-23),
«para que sean uno, como nosotros somos uno».
No se trata solo de un camino personal, sino
profundamente comunitario. Necesitamos de cada hermano y hermana para seguir adelante,
sosteniéndonos mutuamente en la fe y en la vida cotidiana.
Esta celebración no fue un simple acto, sino un testimonio vivo de que Dios sigue llamando,
sigue obrando, y sigue formando con nosotros su pueblo. A Él, que nos fortalece, damos
gracias por habernos reunido, por guiarnos y por regalarnos la gracia de decirle “sí” una vez
más.
Que esta experiencia de alianza nos impulse a seguir caminando juntos, con los ojos puestos
en Jesús, confiando en que, pase lo que pase, Él va al frente.